No es un tejabán más...


     Tal parece que el tema de inseguridad que se viven en el norte del país ha acaparado la atención, recursos y tiempo de los gobernantes, ediles y autoridades quienes consideran que militarizar el país es la mejor inversión para terminar con los altos índices delictivos que se manifiestan día con día. Estos problemas que a todos nos afecta e indigna  merecen especial atención hacia la  falta de educación y mejores oportunidades para los niños, jóvenes y familias enteras.

Niños jugando en condiciones de riesgo e insalubridad
     La pobreza e ignorancia como una condición social y actuando en forma de círculo vicioso, orilla a cientos de personas a sumarse hacia la manera más fácil de obtener ingresos: narcotráfico, robos, secuestros, prostitución y un sin fin de actos ilícitos que ponen en riesgo la integridad de los ciudadadanos donde les permita, en primera instancia satisfacer necesidades básicas como alimento y techo, después a obtener ganancias jugosas a costa de la vida de los demás, carecen de todo tipo de valores morales. En un intento por rescatar la precaria calidad de vida en que viven habitantes de una comunidad al poniente del área metropolitana de Monterrey un grupo de jóvenes ha dedicado tiempo y esfuerzo para que, mediante ayuda humanitaria, se evite caer en una rutina disoluta.

La cotidaniedad de los niños entre la desfavorable comunidad

       A orillas del arroyo del obispo en el municipio de Santa Catarina, hace al rededor de 10 años, centenares de ciudadanos decidieron construir tejabanes de cartón, hule y material diverso para tener una "casa" en donde vivir en predios irregulares, hoy, existen más de 300 familias que habitan el lugar en condiciones de elevada insalubridad y careciendo de todo servicio básico; agua, luz, drenaje o pavimento.

     En Julio de 2010, los estragos del huracán Alex afectó de manera importante esta área, causando que todos los pobladores de la comunidad buscaran ayuda en refugios, aún y cuando se les prometió reubicación, comenzaron poco a poco a regresar a la única manera de vida que conocen. Ese mismo mes diversas organizaciones sociales como el Centro de Estudios y Taller Laboral A.C., la Juventud Comunista de México así como voluntarios brindaron ayuda básica a los damnificados.



Liliana Galavíz e Higinio Barrios del CETLAC notaron que ante el evidente menoscabo de las condiciones de vida uno de los problemas más graves que sufrían sobre todo los niños: la mala alimentación, por ello, decidieron quedarse y organizaron junto con las familias de esta localidad un comedor comunitario apoyados posteriormente por Green Peace Monterrey y  de Radio Comunitaria  Xali, de Puebla con algunas donaciones para este proyecto. Además de talleres diversos impartidos por activistas sociales donde los habitantes realizaban diferentes actividades como: herbolaria, terapias de superación y taller de fotografía dirigido a los niños.

Niña "comiendo" leche en polvo
     Actualmente Liliana Galavíz y un grupo de jóvenes voluntarios junto con la participación de las familias están construyendo un tejabán para dar seguimiento al acercamiento que hasta ahora han tenido con la gente y poder impartir más talleres y oficios que les sean útiles para que tengan acceso a la superación personal, así como impartir temas que estén ligadas a los Derechos Humanos y cumplir objetivos en consientizar a los pobladores que merecen una mejor manera de vivir y poder brindarles mejores oportunidades de vida a sus hijos.

     La Asociación Civil "Tierra y Libertad" ha mostrado su apoyo en asesoramiento para la realización de este proyecto y cuenta con una estrategia para lograr la reubicación de los habitantes ya que tienen experiencia en la regularización de vivienda en Monterrey y sus municipios aledaños. Dicha asociación apoyó a familias para que les fueran entregados los bonos de diez mil pesos que el gobierno federal destinó a aquellos que resultaron afectados durante la contingencia del huracán Alex mediante el programa de reposición de enseres domésticos, los cuales fueron dados hasta el mes de diciembre de 2010.


Luis Antonio Vázquez laborando en la construcción del tejabán


Colectiva Difusora Barrial (organización estudiantil), Liliana Galavíz y miembros de la comunidad construyendo el espacio para diversas actividades.


    
     El olvido a estos cientos de familias por parte del gobierno es indudable, es por eso que, los ciudadanos tenemos que organizarnos para salir adelante y ayudarnos entre nosotros. El proyecto necesita apoyo tanto en donaciones de mobiliario o en efectivo, así como voluntarios que quieran unirse de corazón a impartir talleres que puedan acrecentar su autoestima y capacidades, de esa manera sumarse con acciones y alzar la voz para que se logre la meta principal: la reubicación de las familias del  Arroyo del Obispo a un lugar digno de habitarse por seres humanos y en el que exista educación, salud, seguridad y mejores oportunidades de vida.




Abril de 2011.